En el proceso de cría, crecimiento y mantenimiento de los bovinos para carne de consumo humano hay varias etapas fundamentales que determinan la calidad final de la carne que llegará al consumidor final. Pero sin duda alguna el punto culmen de este proceso es el que determina el momento adecuado en el que el bovino está listo para el beneficio, pasarse o adelantarse a ese punto podría acarrear inconvenientes al animal o a la rentabilidad del productor.
Uno de los factores que influye positivamente en el tener claro los tiempos del proceso que termina en el beneficio de los bovinos es tener un plan de acción y ejecución que se realiza desde el momento en el que cada bovino o cada nuevo lote de ellos ingresa a nuestros corrales. Desde ese punto inicial se debe proyectar y tener medido el tiempo aproximado que cada individuo va a pasar en desarrollo, cuánta comida se va a suministrar y cuánto va a valer, cuántas vacunas se le van a aplicar y en qué momento del crecimiento.
Esta organización y planificación será determinante para mejorar la rentabilidad del productor y para tener un crecimiento saludable de cada bovino y, obviamente, tener claro en qué momento debo ir gestionando la llegada de un nuevo lote, si ese es el caso. Cabe aclarar que las proyecciones a veces no son exactas y hay condicionantes externas que hacen variar el proceso de engorde de cada bovino, como lo pueden ser problemas de salud, pero mientras más organizado se tenga un cronograma más margen de acción se puede tener para solucionar imprevistos que surjan.
Entrando en materia, el momento exacto en el que se debe sacrificar a un bovino debe calcularse entre un equilibrio de edad y peso, esto con el fin de tener mejores ganancias económicas y aprovechar el mejor momento para el rendimiento de la carne de cada bovino. En conclusión, el peso ideal para sacrificar un bovino es entre 450 y 500 kilogramos y la edad óptima se alcanza alrededor de los 2 años.
Este equilibrio tiene una explicación que se obtiene analizando la curva de crecimiento y desarrollo de los bovinos que llega a un tope a determinado momento y luego se estanca. Para determinar este tope debemos analizar 4 variables que nos ayudan a optimizar el rendimiento de la carne y la rentabilidad económica.
El primer factor que ayuda a determinar el momento exacto de beneficio de un bovino es la ganancia diaria de peso de cada animal. Generalmente, los individuos tienen un promedio de ganancia de peso diario que oscila entre 1.2 y 1.3 kilogramos. Esta ganancia media se mantiene constantemente hasta que cada bovino alcanza los 500 kilogramos de peso. Luego de este peso la curva de crecimiento se detiene y el promedio de ganancia diaria pasa a ser, aproximadamente, de 800 gramos diarios. Es muy común que los productores crean que hay problemas en el desarrollo o de salud luego de llegar a este peso debido a que la parada en el crecimiento es evidente y natural.
Otro de los factores influyentes para determinar el equilibrio y el momento ideal para sacarle mayor provecho a un bovino es analizando la conversión alimenticia, que está muy relacionada con la ganancia de peso diaria. Al llegar alrededor de los 500 kilogramos los bovinos empiezan a consumir un poco más de comida que antes y ganan menos peso. Esta situación le resta rentabilidad al productor que debe gastar más dinero para obtener menos resultados.
Es muy común que existan mitos sobre el peso ideal de beneficio de un bovino, puesto que muchos productores pueden creer que mientras más peso se genera más carne y pagan más, pero esta relación no funciona bajo esa lógica, y por el contrario están perdiendo dinero al mantener un lote que no va a vender a mayor precio y posponiendo la llegada de un lote nuevo.
El tercer ítem a tener en cuenta en este sentido es el rendimiento de la carne del bovino. Está demostrado que luego del punto de estabilización de la curva de crecimiento la carne del bovino no va a ser mejor, pues su punto culmen se alcanza entre los 450 y 500 kilogramos.
El cuarto y último punto a analizar en cuanto al equilibrio del bovino para su proceso de beneficio es el de la calidad de la carne, puesto que el momento en donde la carne de cada bovino alcanza su mejor nivel de terneza es entre los 20 y 24 meses, si se excede este tiempo considerablemente la carne puede tender a ponerse más dura y perder esa terneza.
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